sábado, 18 de septiembre de 2010

Blanca Rizzo.

A determinada edad enamorarse de la lucha es enamorarse de la vida. Pero de la vida en serio. No de una vida a medias tintas.
Es querer un mundo sin hambre, con educación para todos, con medios de comunicación que desparramen arte, alegría, información para elevarse y no la estupidez lacerante de un Tinelli y su troupe de cuarta. Es querer que el batallón de seres que aparecen como fantasmas en la noche a buscar su sustento en los tachos de basura no exista más porque vuelven a tener una vida digna, que el horror al que están condenadas mas de 627 muchachas “chupadas” por la red de trata en los últimos cinco años aparezcan ya! desarmando para ello la infecta red de políticos, policías y proxenetas que la forman, que los 2557 jóvenes muertos en 25 años de democracia, la mayoría de los barrios pobres, víctimas del gatillo fácil tengan justicia. En fin! Es interminable la lista de deseos de alguien que piensa con el alma virgen acerca de la vida en la polis. De un joven o una joven que empieza a pensarse en y con otros.

Me retrotraigo 34 años a la hoy llamada “noche de los lápices”. Busco sus nombres exactos en google: Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Panchito Muntaner, Daniel Racero, Horacio Ungaro, Pablo Díaz, Gustavo Calotti, Patricia Miranda y Emilce Moler (recuperaron la libertad cuatro de ellos). Los siento mis hermanos. Sus fotos me acompañaron año tras año en las marchas de los 24 de marzo a las que fui indefectiblemente y en uno de los actos conocí a Pablo Diaz. Bajo una de la reseñas:
Francisco López Muntaner - "Panchito", 16 años.
Era hincha de Gimnasia y militó en la UES de Bellas Artes. Junto a Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios pobres y en la lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16.09.76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
Estas líneas condensan el espíritu de la época y es eso lo que empecé a ver de nuevo ayer. Me encontré con viejos amigos… Uno me dijo: esto es vida!. Estoy emocionado!.

La marcha de la educación con su desborde de alegría y juventud, me hizo recordar que hace 27 años terminó el horror de la dictadura, y que evidentemente después de semejante genocidio habíamos avanzado muy lentamente en la reconstrucción de los lazos de pensamiento crítico, en la construcción de volver a ver la política como un lugar natural para el ser pensante y que para ello hubo canales por parte del sistema democrático que se abrieron, por supuesto, y eso es lo valioso y es lo que hay que profundizar a través de la lucha.

La política en el juego en el que está instalada es muy compleja y muy perversa por momentos. Hay que hacer jugadas del “mal menor” para que no te coman los buitres. No será hora de que veamos a los jóvenes como el recambio? Como los que tienen la misión de reinventar las formas y las vías?. No tengamos miedo a sus equivocaciones. Nuestra generación tuvo un enorme ideal, muchos aciertos y muchos errores. No proyectemos. Facilitemos la posibilidad de discutir, de aprender, de dar lo que sabemos y abrirnos a lo nuevo. Si cuando tenía 13 años no se hubiera plantado en mí el deseo de un mundo mas justo, no quiero pensar que sería mi mente hoy. Como artista, como docente y ciudadana agradezco ese regalo de la vida.

Que esta foto que anoche se llevó puesta mi alma, una masa juvenil en toda su potencia, me dé confianza y me dé fuerzas para seguir, mas allá de todos los análisis políticos que se puedan hacer. No puedo evitar plantar bandera y decir que es absolutamente saludable para nuestro pueblo que así ocurra.

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